miércoles, 10 de noviembre de 2010

Doctorado CUM LAUDE.

Estoy sometido a un curso intensivo de estupidización avanzada con valor a currículum.

Como no lo pagaba, me cortaron la televisión por cable. Y no es que su programación fuera la gran cosa, pero al menos me entretenía cambiando los 89 canales y con este ejercicio mantenía la movilidad de mis manos, pues las combinaba cada diez minutos.

Ahora tengo nada más 9 opciones en la televisión abierta y es verdaderamente atroz y enajenante la programación en todos los canales.

L os noticieros son manipulados y las noticias sesgadas acordes a los intereses de la televisora y funcionan como voceros oficiosos de las distintas dependencias gubernamentales, difundiendo boletines con la imagen a cuadro del funcionario abajofirmante.

Los programas de entretenimiento se componen de tres o cuatro pécoras de lengua viperina con voces de segundas tiples y uno o dos homosexuales que les sirven de patiños para destrozar vidas y honras de personajes públicos non gratos para la televisora en turno y sobre todo de artistas que trabajan en la competencia.

Programas de concurso con auditorios repletos de gente aleccionada para aplaudir, pararse, vitorear, mover ritmicamente los brazos y animadores de sonrisa congelada, haciendo desesperados y fracasados intentos por parecer graciosos y simpáticos. Mientras los veo y siento pena ajena extraño a los merolicos de San Juan de Dios.

Y comerciales. Muchos, muchos, muchísimos comerciales con remedios para todo. Fácil el 70% de la programación es de comerciales. Y el 100% de este 70% es para engañar o defraudar al incauto televidente.

Telenovelas no veo. Es más, nunca he visto ninguna. O bueno si, pero nomás un capítulo. Allá por los años ochenta estaba yo supliendo al Administrador de Telégrafos en Cd.Guzmán Jal., y en la casa de asistencia donde me hospedaba acostumbraban ver una que se llamaba "El Maleficio".

Cuando estábamos cenando y sonaba la tonadilla que anunciaba el inicio del bodrio, era un corredero a ganar silla enfrente del aparato. En la primera cena me quedé solo. Pero a la segunda para no aparecer como antisocial y además para poder platicar otro día, pues era el tema obligado, me fuí a la sala y arrimé mi silla de modo que no obstruyera la visibilidad de ninguno de aquellos voraces espectadores.

Como protagonista aparecía un señor empingorotado con un camisón de amplio vuelo como de seda con estampados multicolores, de miradas lánguidas, voz melíflua y ademanes versallescos, con alto copete envaselinado y bigote meticulosamente recortado.

Como todos parecían absortos pero felices, en mi supina ignorancia del asunto tratando de hacer ambiente, se me va ocurriendo preguntar "¿Y esa china poblana quien es?"

¡Craso error! Todas las miradas se me clavaron como puñales de hoja diamantina dijera Agustín Lara. Las manos se les crisparon en los descansabrazos de las sillas y creo que de no haber intervenido la dueña me hubieran masacrado.

De todos modos las palabras de la señora no fueron para nada amables.

¡¡¡Usté cállese!!! ¡¡¡Usté no sabe nada!!!

Está por demás decir que otro día me cambié de casa.



Don Isra...

viernes, 5 de noviembre de 2010

Esos si eran maestros, no como......IV

El director de la escuela secundaria en Ameca era el profesor Don Bernabé Godoy Vélez.
No sé porque siempre me dió la impresión de que era alemán.
Nos daba la clase de matemáticas.

Hombre alto, blanco de unos cincuenta años, pelo entrecano y achinado de corte casi militar, nariz grande y recta, cejas pobladas, lentes cuadrados sin aro, con pantalón de vestir y camisas casi siempre a cuadros y abotonadas en las muñecas, de caminar lento y un poco encorvada su ancha espalda.

Era de carácter recio y tajante en sus juicios, sin embargo se rendía ante su hija menor de unos ocho años Cecilia. Güerita pecosa de pelo castaño claro con trencitas anudadas en chongos a los lados, vestido de niña con mangas bombachas, lazos a la cintura mal fajados por atrás, calcetas caídas hasta los tobillos y que aún estando en clase, entraba al salón y de frente lo sujetaba por las grandes orejas y lo mecía al tiempo que le asestaba unos topecitos, imitando el balido de una borreguita le decía: "Ya vine, Bernabeeeeeé......"
Don Bernabé sonreía, meneaba la cabeza y la mandaba a sentar en algún pupitre vacío mientras terminaba su clase. Nos encantaba que alguien pudiera cometer lo que a nosotros nos parecía una solemne irreverencia.

El Profe Rubén Juárez Hernández nos daba cultura física. Alto, fuerte, moreno, de amplio bigote cuadrado, pelo cortado como cepillo, enérgico y mandón. Nos inició en todos los deportes, formó equipos de todas las disciplinas, desde futbol hasta atletismo en todas sus modalidades. Dos o tres veces al año nos llevaba a subir el cerro de Ameca que no es ninguna perita en dulce.

También nos adiestraba para marchar en los desfiles. dándonos las órdenes con un silbato y ¡ay! de aquel que se equivocara durante el acto, porque en regresando a la escuela nos formaba y delante de todos le soltaba al infractor: "¡¡Fíjese pedazo de adobe!!
A las muchachas, como su porte al desfilar no tenía nada de marcial les sorrajaba un: "¡¡ Míralas, parecen vacas!!". Pero todos lo seguiamos y lo estimábamos, porque debajo de su caparazón magisterial era un pan de dulce.

Estaba el Profe Palencia, que llegó de San Luis Potosí con su familia. El nos daba literatura, cuarentón de pelo lacio peinado todo hacia atrás con marcas en la cara de pasadas espinillas, fumador empedernido en ese entonces cuando el cigarro no estaba satanizado y daba a los mayores un toque de distinción, de carácter amiguero, se unía a cascarear con los equipos de basket jugando de uno y otro lado para balancear el partido y convivir con los alumnos.

Biología le tocaba al profe Benjamín Jauregui, médico homeópata que vivía y tenía su consultorio enfrente de la escuela. Señor de tez blanca, de más o menos treinta y cinco años, de pelo chinito pegado al cráneo, bigotillo cuidadosamente recortado,muy cuidadoso de su apariencia, Al empezar la clase se quitaba el saco, quedando en camisa y corbata. Diario llevaba entre las manos una bolita de algodón empapada de alcohol que frotaba y olía todo el tiempo.

La ticher Celia que era la secretaria en la dirección y tambien nos daba la clase de historia.
Señorita a sus treinta y cinco,blanca, no usaba maquillaje, vestida pulcramente, modosita y puntillosa caminaba como si temiera que su peso fuera a dañar el piso de ladrillo.

La ticher Laris, era nuestra maestra de inglés, una hora a la semana. Mujer chaparrita con gruesos lentes, con una nariz porosa siempre roja, usaba blusas sin mangas y faldas medio ceñidas. Pese a su talla menudita tenía los brazos llenos y las pantorrillas muy gruesas.
Modestias aparte, yo era el alumno distinguido, pues el inglés se me facilitaba tanto como se me atoraban las matemáticas.

El profe Balderas, que nos daba geografía y que llegó junto con Don Bernabé. Chaparrón, moreno, calvo de la frente a la nuca y pelo largo envaselinado por el rumbo de las orejas. Cejas pobladas, se dejaba las patillas hasta casi unirse con el bigote. Rostro aindiado, medio guandajo para vestir con traje que aparentemente no era de su medida y corbata mal anudada, pero muy meticuloso para explicar su clase, asistía como oyente a la clase de matemáticas de Don Bernabé
Un profesor de música muy joven que venía todos los jueves a darnos clases y que se enamoró perdidamente de Eréndira, una muchacha muy guapa y muy desenvuelta, que a todos traía de cabeza.
No duró mucho este maestro, seguramente no pudo soportar la natural coquetería de Eréndira que con todos bromeaba y departía como una adolescente que era.

Estaba el maistro Diego que nos daba la clase técnica de herrería. Tenía su taller cuadras adelante de la escuela. De apariencia ruda, pelo chino, brazos fuertes y velludos, sudaba profusamente cuando manipulaba la fragua y martillaba en el yunque. Mi trabajo manual en su clase fué hacer la cabeza de un martillo.

Luego estaba el maistro Don Cuco en carpintería. Se parecía a papá Gepetto con sus lentecillos redondos sin aro y sus canas sobresaliendo de su gorro de fieltro apachurrado. Para su clase se ponía encima de su ropa de diario un pantalón muy amplio de mezclilla de esos de pechera y pacientemente nos iba enseñando los nombres de la herramienta y su función: "Este es el formón, esta se llama garlopa, este es el tornillo, esto sirve para maquear etc..."
También era músico y tocaba los domingos en la serenata del kiosko una como tuba pequeña con la banda municipal. Con Don Cuco me tocó hacer de trabajo manual un librero.

Nunca en mis años de estudiante recibí ni ví que algún alumno recibiera golpes o castigos desorbitados de parte de los profesores, con todo y que las mamás nos entregaban con la frase lapidaria: " Aquí se lo traigo maestro, se lo dejo con todo y nalgas para que le eche......"

Cuando nos juntamos ahora ya viejos mis hermanos y yo, los recordamos a todos con verdadero afecto y agradecimiento.

Don Isra...

jueves, 28 de octubre de 2010

Esos si eran maestros, no como......III

Pues si, en Ameca Jal., terminé la primaria. Ahí cursé quinto y sexto años.
El director de la escuela "Mariano Bárcenas" era el Profesor José Ma. Iglesias Robles, nacido en Guachinango Jal., y que tiempo después fué diputado.
Hombre rechoncho, muy güero, de rostro sanguíneo y nariz ancha apericada, pelo rubio lacio abundante y rebelde, vestido con trajes preferentemente de color verde, pero siempre discretos y a mi entender, elegantes. Muy exigente con los maestros a los que demandaba puntualidad y dedicación y a nosotros los alumnos, constancia, orden y limpieza.

Mi maestra de quinto año se llamaba Luz Naranjo.
Era más bien bajita sin llegar a chaparra, de piel achocolatada con cicatrices de viruela en la cara, que poco favor le hacían. De unos treinta años, cabello rizado con algunas canas en el copete, vestía modesta y discretamente, pues según se decía era el único sostén de su madre que padecía alguna enfermedad que la incapacitaba.

Es curioso, pero la mayoría de las maestras de pueblo eran solteronas, aunque tiempo después, supe que la maestra Luz se había casado con uno que fué su alumno.

Buena maestra sin lugar a dudas, aunque a mi se me atragantaba porque siempre me escogía para declamar las "recitaciones".

Que era el día de la madre: "Tú Alfonso te quedas, porque vamos a ensayar la declamación" y así para el día del maestro, para el día de los héroes de la Independencia y hasta para la clausura el fín de año, todas me tocaban a mí.

El último año de la primaria me tocó con la seño Adela. Ella era hermana de Romualdo Camacho, empleado de la Oficina de correos donde mi padre era el Administrador.

La seño Adela era una mujer atractiva, más bien alta, de veintitantos años, piel blanca, labios pintados, cabello negro largo y trenzado, vestía con blusas escotadas y faldas ajustadas de colores vivos que hacían que los más grandulones se dieran discretos codazos al llegar la seño al salón.

Aunque de trato amable exigía atención y no toleraba relajos durante su clase.
Tenía en su escritorio una varita delgada como de medio metro que haría pensar en aquello de que: "La letra con sangre entra" pero que únicamente utilizaba para indicar en el pizarrón o para señalar a algún alumno cuando a este le tocaba dar "la lección".

¡Que tiempos aquellos señor Don Simón!


Don Isra..

miércoles, 27 de octubre de 2010

Esos si eran maestros, no como.....II

En Encarnación de Díaz La Chona cursé tercero y cuarto de la primaria.
La escuela estaba junto a la Iglesia, o más bien era parte de ella, pues la construcción era igual, paredes muy anchas de piedra, techos muy altos y ventanas con rejas de hierro forjado.

La entrada estaba por una callecilla cerrada atrás del mercado, así que teníamos que atravesarlo para llegar y como la escuelita no tenía patio, salíamos a recreo a corretear entre los puestos.

De La Chona recuerdo a mis dos maestros. Eran padre e hijo. El padre Don Silviano Robledo era al director. Hombre de unos sesenta años, de mediana estatura, nariz aguileña, pelo entrecano y desordenado, con un sombrero de fieltro café muy maltratado, traje tambíen café oscuro con el saco y el pantalón holgados y colgados en los hombros y la trasera, camisa blanca que se resistía a la planchada y corbata negra que sobresalía del saco desabrochado.

El hijo se llamaba Arturo. Señor retraído, de unos veintitantos años, era más bien bajito y delgado, moreno, de naríz ancha y pelo lacio y ralo. Usaba camisas de manga corta y se fajaba los pantalones muy arriba del ombligo lo que le abultaba un poco la barriga y le aplanaba las nalgas.

Parece que tenía algún daño en la espalda, porque caminaba dando una especie de giro a la derecha que hacía que su mano se balanceara hacia atrás como si quisiera rascarse la cola.
Acá entre nos, mi padre le decía El Galumbo por aquella manera de moverse.

Yo nunca los ví y mucho menos en la escuela, pero era fama entre las chismosas del pueblo que a ambos les encantaba empinar el codo y que no pocas veces lo hacían juntos en cantinas alejadas de miradas curiosas y servidos por cantineros discretos.

Será o no será, pero fueron mis buenos y dedicados maestros y los recuerdo con afecto.

Y por si fuera cierto aquello de los alipuces, desde aqui levanto una copa de tinto y les digo:

¡¡Salud maestros!


Don Isra...

jueves, 21 de octubre de 2010

Esos sí eran maestros, no como.......

Pues yo nada más estudié hasta la secundaria.

En Ameca se me acabó el camino de la instrucción.

Ahí no se llegaba más que a la secundaria, no había de otra.

En la escuela oficial "Mariano Bárcenas" cursé quinto y sexto de la primaria y por la misma acera adelantito, en la mera esquina, estaba la secundaria que no tenía nombre y que funcionaba en una vieja casona con varias habitaciones habilitadas como aulas, y unas caballerizas atrás que hacían las veces de talleres donde las carreras "técnicas" eran herreria y carpintería.

Hice la primaria en tres lugares distintos: Primero y segundo en Jalpa Zac.
Tercero y cuarto en Encarnación de Díaz Jal.
Y quinto y sexto en Ameca Jal.

En aquellos tiempos no había kinder o pre-primaria, entraba uno derechito a la escuela a los seis años.
No recuerdo el nombre de mi primera maestra, era una mujer a la que nunca ví sonreír. A mi me parecía muy alta, pero a lo mejor no lo era tanto; culiseca, vestido negro con cuello de esos en forma de riñones que rodean el pescuezo, con chongo y antiparras redondas, medias también negras y zapatos de tacón bajito y con correa a medio empeine.

Sin embargo, es justo anotar que pese a su aspecto severo y gesto avinagrado, si nunca recibimos una muestra de cordialidad, tampoco fuimos víctimas de alguna grosería o maltrato.Se limitaba a hacer su trabajo y lo hacía bien.

En segundo año me tocó con la seño Amparo. Mujer rolliza, blanca, pelo naturalmente agüerado, con vestidos de colores y escotes discretos, con mangas a medio brazo y zapatos acordes a la temporada, pues la moda no llegaba aún a aquellos recovecos zacatecanos.

Sabía sonreír y cuando nos quería reconvenir por algo, nos daba unos ligerísimos coscorrones y después una caricia en la pelona, pues todos habíamos de ir rapados por aquello de los piojos.

El director de aquella escuelita se llamaba Don Gonzalo Aréchiga, un señor que ahora sé que se parecía a Pascual Ortíz Rubio.




Don Isra...

jueves, 9 de septiembre de 2010

Tarde pero....¿tengo o no tengo razón?

El 2 de Septiembre del 2007 escribí algo que llamé: "De héroes y cañones" donde ponía en entredicho la existencia de personajes tales como El niño artillero y La cureña humana por las circunstancias tan especiales y tan favorables en que consiguieron sus respectivos cañones y su puntería de apache, pues en ambos casos con un solo disparo terminaron con el enemigo.

Recibí un primer comentario de un señor Anonymus donde me aclaraba que tales sucesos no habían ocurrido durante la intervención francesa, sino en la guerra de Independencia.
Le agradecí cumplidamente su atención y el amable jaloncito de orejas, pero dado que yo los consideraba un mito no traté de apegarme al rigor histórico sino a poner en razonable duda la existencia misma de los personajes, así hubieran contendido contra los españoles, los franceses o las tropas del Vietcong.

Recibí otro de un señor Ernesto Pineyro Pineyro donde palabras más palabras menos decía que si yo padecía de alzhaimer, que tenía cerebro de teflón, que nada se me pegaba, que consultara mi libro de tercer año (cosa imposible considerando mis setenta primaveras) y finalmente que él tenía la misma edad que yo, lo que seguramente daba contundencia a su reclamo.

Pues bien, si el señor Pineyro todavía anda por aquí, creo que se le está amontonando el quehacer. Con motivo de los festejos del bicentenario, varios y reconocidos historiadores coinciden en que tales acontecimientos nunca acontecieron y que los personajes fueron insertados en la historia como símbolos, para exaltar el valor, el patriotismo y la unión del naciente pueblo mexicano.

Sugiero pues al estimable señor Pineyro pertrecharse para demostrar la existencia de otros símbolos y mitos, tales como El pípila, Juan Diego, los
Niños Héroes, La llorona, El chupacabras, el Anima de Sayula etc. Y a menos que él haya asistido grabadora en mano, la veracidad en su momento de las frases: "Va mi espada en prenda" "Si hubiera parque no estuvieran ustedes aqui" "La Patria es primero" "Los valientes no asesinan"y la atribuida, pero no confirmada al villano favorito nacido en Colotlán Jalisco "Si hemos de morir a gatas.... ¡¡¡Vámonos culimpinando!!!

Por eso somos un pueblo desorientado. Nos enjaretan símbolos, mitos y utopías desde la escuela.


Don Isra...

jueves, 26 de agosto de 2010

Licho, la psicóloga.

A Licho la conocí hace como unos diez o doce años, cuando ella estaba en segundo de secundaria en la escuela de aqui cerquita.

Era (y es) bajita, de piel blanca, rostro simpático, cabello corto al estilo de los veintes, vivaracha y malhablada como ella sola. Era una polvorilla.
Antes de entrar a clases llegaba a la tienda como faltando un cuarto para las siete de la mañana y no había día que no me contara de sus pleitos, castigos, llamadas a la dirección, exámenes extraordinarios y un sinfín de diabluras.

Un sábado llegaron a la tienda ella, su mamá y un sobrinito como de cuatro o cinco años que venía haciendo un berrinche de antología. Chillaba como los marranos cuando los están capando, le tiraba manotazos a la abuela y pateaba el suelo a la vez que giraba en redondo.

Y la abuela: " A ver pues m´ijito dime ¿que vas a querer? ¿quieres gelatina o un juguito? ¿O que quieres pues? Andale, ya no llores....

Y entra Licho en acción "Ay amá pá que lo chiqueas tanto? ¡¡¡Métele un chingadazo!!!

Y si.... La minutos antes condescendiente abuelita, le ha soltado uno de esos en la modalidad de cachetadón al escuincle que resonó en la tienda y funcionó como una especie de apagador de sirena de la Cruz Roja.

Nuevamente Licho: "¡¡¡Orale. rapidito agarre ese yacúl y vámonos, órale órale!!!.

--Ai nos vemos luego Don Isra...

Salieron los tres, las dos mujeres adelante y atrás muy tranquilo, tratando de destapar el yacúl el otrora demonio de Tasmania.

Desde luego que no aprobé ni apruebo método tan rudimentario y atroz para someter a un infante, pero no tuve más remedio que reconocer su efectividad.


Don Isra...

jueves, 5 de agosto de 2010

¡San Miguel arcángel defiéndenos en la lucha.!

Como decía mi paisana La Chimoltrufia: "No nos hágamos tarugos".

El principal problema de este país es la corrupción.
De ahí se derivan todos los demás.
El día que veamos a un expresidente de la República en la cárcel por sinvergúenza, entonces se van a comenzar a enderezar las cosas. Entonces si les vamos a creer que va en serio la campaña contra la corrupción.
Porque ahorita en todos los niveles de gobierno, a donde le rasques brota la pus.
Y denuncias van y vienen y la "amenaza" contra las ratas políticas es el sobado y devaluado juicio político. ¡Uuuyy que miedo!!! Cuando mucho los inhabilitan un tiempo para que se vayan a gozar de lo robado y a la vuelta del sexenio ya están otra vez haciendo cola en el tianguis de jugosos huesos.

A ver, este pobre hombre Calderón que llegó a la presidencia, haiga sido como haiga sido, según sus propias palabras, se creyó que tenía atrás a toda la corte celestial y se puso a darle de escobazos al avispero del narcotráfico y ahora de berrinchito en berrinchito exige, pide, solicita, casi suplica e implora que le digan como salir del atascadero en que se metió y nos metió a todos.

¿El remedio para combatir el narcotráfico y el aumento de jóvenes adictos? ¡Fácil mi estimado!

¡¡¡TRABAJO!!! ¡¡¡EMPLEOS BIEN REMUNERADOS!!! ¡¡¡EDUCACION!!! para los millones de muchachos que no tienen cabida en las escuelas a partir de la prepa y no encuentran ocupación por su edad y falta de experiencia. Así se ha formado la generación NI NI . Ni estudian ni trabajan.

¿Como hé de creer que en lugar de construir escuelas se pongan a construir cárceles?
No señor, las escuelas son las que evitan que se llenen las cárceles.

Pos si, pero si hacen eso después ¿Como van a engañar y a explotar a gente preparada?

Asi que seguirán los discursos, los vamos México, las iniciativas México, los teletones, los festejos del centenario, y demás chácharas que sirven como las enormes capas de plástico por donde escurren los lixiviados en los vertederos de basura.


Don Isra...


P:D: Según la Constitución no se puede enjuiciar al Presidente en funciones más que por traición a la Patria y por delitos graves del orden común.

Y pienso yo..¿Que no es traicionar a la Patria el condenar a la mitad de sus hijos a sobrevivir en la miseria?

Y también......¿Que? ¿No es delito grave propiciar el asesinato de más de veintiocho mil gentes nomás por un prurito de omnipotencia e infalibilidad, preponderando sus creencias religiosas?

Si de algo sirviera mi opinión yo diría que si.

viernes, 9 de julio de 2010

En la baticueva.

En aquel entonces era dificil llegar. El camioncillo que salía de Tecomán me dejaba en el crucero de Boca de Apisa, desembocadura del río que divide a los estados de Colima y Michoacán y daba nombre a aquel villorio: Coahuayana

Había que caminar unos cuatro o cinco kilometros por un callejón terregoso para arribar a aquel caserío de trazo irregular y calles de tierra que año con año en tiempos de lluvias inundaba el río.

La oficina estaba a un costado de le iglesia del lugar. De hecho era parte de la iglesia y al cura se le pagaba la renta por aquel pedazo de terreno que se componía de dos cuartos con paredes de adobe y techos de teja, un corredorcito, un patio sin piso y una pila de agua que se surtía mediante un tubo que llegaba del templo a través de un agujero en la pared.

En uno de los cuartos estaba la oficina: La mesa de aparatos, un escritorio chiquito, la máquina de escribir, el mostradorcito, una mesita casera para el mensajero, dos sillas de la cocacola, un archivero y pare usted de contar.

Fuí a cubrir temporalmente la vacante que dejó su titular Don Octavio; hombre ya mayor, de piel pálida, huesos largos y abundante cabello blanco cortado hasta el cuello de sus invariables guayaberas de manga corta, retraído -según díceres- y enfermo, aunque nadie supo nunca de qué.

Este compañero había muerto en el otro cuarto donde había habilitado una burda recámara. Una bastidor sin colchón, sábana y colcha desordenadas y manchadas, en el suelo unas cajas de cartón con su ropa apilada. En un cajón de madera a manera de buró estaban sus lentes, cepillo de dientes, su vibroplex, frascos de medicina y tabletas de analgésicos. Nadie se había aprontado a reclamar sus poquisimas pertenencias porque según eso su esposa e hijos vivían en algún lugar de Nayarit y sus relaciones familiares no eran precisamente buenas.

También estaban las paredes y el piso de ladrillo llenos de sangre seca. Murió solo, desangrándose a causa de una hemorragia.

Mientras los familiares venían por aquellas cosas o decían que se haría con ellas, yo dormía enroscado en el escritorio. El mensajero me recomendó con la misma señora donde se asistía Don Octavio y ella me puso al tanto de cuanta cosa había que saber del caso.

Por cierto la primera noche, ya hecho bolita en el escritorio, llamó mi atención un montón como de hilachillos colgando del techo. Intrigado me paré y con una toalla quise sacudir aquello.

¡Nunca lo hubiera hecho! Se desprendió una docena de murciélagos, que revolotearon por todo el cuarto un buen rato hasta que volvieron a sus lechos colgantes.

Con un tácito acuerdo de no agresión convivimos más de un mes.
No puedo decir que los extraño.


Don Isra...

sábado, 26 de junio de 2010

¡Mal rayo me parta!



Yo los procuraba pero ellos eran los que me encontraban.

Llegaba yo a un pueblo en comisión y después de la entrega de la oficina y de acomodarme en donde pudiera comer y dormir me dedicaba a recorrer el lugar y sus alrededores.

Cumplidos estos requisitos, a los dos o tres días, después de cerrar en la tarde-noche me apersonaba en una banca del jardín sentado con la pierna cruzada y la mirada nostalgica. Y no fallaba.

Ya se había corrido la noticia de que había un jefe nuevo en el Telégrafo y pasaba la gente muy saludadora.

Pero a los que yo procuraba y ellos me encontraban eran los viejitos. No dilataba mucho en llegar a mi banca alguno, cargándole a su bastón la mayor parte de sus ochenta y tantos años.

En El Limón fué Don Herminio. Llegó y se sentó en mi banca con un largo quejido y un: "Ay ay ay ya no puedo con mi centura".... y comenzó el interrogatorio ...
--¿Usté no es de por estos rumbos o si?

--No. Vengo por un tiempo nada más mientras Federico el del telégrafo sale de vacaciones.
--Ah..... Si, si conozco a Lico. Asi le decimos aqui. Es buena persona, nomás que le gusta mucho el mezcalito pero de ahi en más.....

--¿Y usted si es de aqui?
--¿Yo? si. Allá por la entrada todavía queda uno que otro adobe de la casa donde nací. La iglesia tampoco estaba asi, nomás tenía una torrecita cuando me bautizaron con el apelativo de Herminio. ¿ Y usté? digo si no le causa molestia....

--Para nada Don Herminio, mucho gusto. Me llamo Luis González.
--Luis...Luis...Yo tuve un pariente que así se llamaba, Luis. Dicen que lo mató Pedro Zamora ¿si ha oído de Pedro Zamora?
--Algo hé oído. ¿Era un revolucionario de por estos rumbos no?
--No, que revolucionario ni que nada. Era sinvergüenza y matón. Hacía corridas como de toros pero en lugar de animales se metía él con dos verduguillos, uno en cada mano como si fueran cuernos y pos el prisioneero que la hacía de torero no tenían escape, porque si brincaban la cerca de piedra lo balaceaban los otros. Así dicen que mató a ese pariente mío. La fuentecita ésa que está allá la mandó hacer el Pedro ese, que dizque como perdón por los desmanes que hacía ¿pasa usté a creerlo?.

--Se había de quedar aqui. Es un buen pueblo, se vive agusto. Yo nomás por esta dolencia de güesos que no admite remedio.

--¿Pues que le pasó Don Herminio?

--Me descuadrilé en una mala caída. Y mire, no ha quedado por falta de cuidado. Diario en las noches mi vieja me embija con untos y pomadas y nada; sigo desconcertado del cuadril.
Con decirle que hasta rayos equis me han puesto. Un hijo mío que vino del norte me llevó a Guadalajara y allá me pusieron como tres o cuatro de esos rayos y pos nada...¿Como vé?


Don Isra...

jueves, 24 de junio de 2010

Sapiencia médica...

Doña Emilia para la mayoría, era Emilita para nosotros. Eso nomás porque era comadre de mi madre. Ella y su hijo Juan José bautizaron al menor de mis hermanos.
Don Miguel su esposo, señor de mediana estatura bigotón y barrigoncito era el dueño de la tienda de la esquina. Tienda de pueblo donde se vendía de todo desde manteca untada en un papel hasta rejas para arado. Lo apodaban "El Charro" porque invariablemente usaba esta vestimenta, con pantalones ajustados rayados con franjas oscuras, con solapas a lo largo de la pierna y cerrados en el tobillo, cinturón muy grueso, botines de una pieza y chamarrita becerrera anudada por debajo de la panza. Cuando salía de su tienda se ponía su sombrero ancho.

Había en la misma cuadra una señorita ya grande que se dedicaba a coser ajeno. Se llamaba Lupita. Ella y Don Miguel deben haber sido muy viejos conocidos, porque cuando pasaba Don Miguel por la ventana donde estaba cosiendo Lupita con las antiparras a media nariz, la cinta métrica colgada en el cuello y sin dejar de pedalear su máquina, lo saludaba con un: "Adiós gallo de caramelo" y Don Miguel ladeando la cabeza y tocando la orilla del sombrerote le contestaba: "Adiós mariposa de hoja de lata"

Emilita era una mujer más bien bajita, rechonchita de trenza anudada como chongo en la nuca, con vestidos de falda y mangas largas casi siempre de telas brillosas pero en colores contrastantes como por ejemplo negro con flores color de rosa o azul marino con ramitas anaranjadas. Padecía de bocio. Sus orejas se unían a su cuello abultado sobre todo en la parte de la garganta. Era de Ahualulco, al otro lado del cerro en Ameca. Era fama que en Ahualulco mucha gente padecía de esto porque según eso al agua le faltaba yodo.

Con un calificativo cruel les decían "Los buchones de Ahualulco".

En una de sus pláticas con mi madre se quejaba Emilita: "No, y fíjese Toñita que me dijo el médico que esto tambien me puede afectar la Yugoeslavia".

Ya podía estar tranquila la yugular.


Don Isra...

sábado, 12 de junio de 2010

Animas que llegue el jueves...

Las tres veces que estuve en Tuxpan Jal., relevando al Administrador por vacaciones, fuí a comer con Don Tollino. Me recomendó el mensajero que se llamaba Mateo y era ferviente adorador de Baco.

Nomás la comida. El almuerzo lo hacía en el mercadito y en la noche con cualquier cosa, unos tamales, unas gorditas o hasta un puño de cacahuates me las arreglaba.

Era este Don Tollino un viejo de mas de setenta años . Se llamaba Victorino y según nos contaba había sido cocinero en un barco que zarpaba y atracaba en Veracruz en sus viajes quien sabe a donde y llevando y trayendo quien sabe que porque nunca nos lo dijo.

La comida era muy buena, abundante y barata. Su especialidad era la cuachala. Una especie de atole de frijoles con hebras de carne y algo de picante. Los jueves tocaba la cuachala.Ese día le vendía a todos los que quisieran. Era famosa la cuachala de Don Tollino.

Lo notable de este hombre era que había recogido de la calle a un pordiosero enfermo mayor que él y le tenía una habitación donde lo atendía de todo; comida, aseo, medicinas etc.

Yo nunca lo vi pero supe por los que si lo conocieron que era un viejo tullido a causa de la artritis y que se la pasaba tirado en unos cartones al pié de una barda cerca del mercado.

Don Tollino se refería a él como el señor.

Vaya pues mi recuerdo agradecido a Don Tollino por su cuachala y mi admiración por su generosidad para con el prójimo.


Don Isra...

viernes, 11 de junio de 2010

¿Sabe que? ¡No se deje!..........embaucar.

Yo ya me quité de eso.

Al principio me entusiasmé. ¡Hombre, que bien! Es una muy buena idea la de ofrecer estos espacios para que se den cuenta como pìensa y siente la gente. Hasta comenté algunas noticias y opiné en tres o cuatro ocasiones hasta que caí en la cuenta.
Me refiero a los comentarios a las noticias y a los foros de opinión de los periódicos.
Son puras válvulas de escape. No tienen ninguna repercusión.

Comentas la noticia ¿Y que? pues nada. El que sale ganando es el periodista o reportero porque según los comentarios que reciba su nota es el raiting que lo acredita, por eso escogen temas que causen polémica y dejan de lado lo verdaderamente trascendente.

En los foros está peor. Casi estoy seguro de que hay personajes encargados de desviar el objeto de la opinión, la denuncia o la queja.

Sale una colaboración denunciando que en tal calle no hay un servicio porque según el funcionario encargado no hay presupuesto, pero él tiene cuatro carros de lujo, tiene a sus familiares de aviadores en su dependencia, sus hijos estudiando en el extranjero y casi no asiste a su oficina a trabajar.

Luego, luego sale un defensor argumentando que hay que fijarse en lo positivo que nada se gana quejandose y que si todos hicieramos un esfuerzo bla bla bla...

Interviene un tercero recriminando a ambos y luego otro apoyando a cualquiera y al rato es una cena de negros con insultos, mentadas y retos y ya ni quien se acuerde del tema inicial.

Y es lo mismo en la radio y en la televisión con los programas de denuncia, de lo que se trata es de sacarle presión a la olla.


Don Isra...

miércoles, 26 de mayo de 2010

La medida del hambre.

En el zoológico de Chapultepec durante los gobiernos priístas desde Adolfo Ruíz Cortines hasta Gustavo Díaz Ordaz.

AVISO.

"Por favor no les arroje comida a los animales"

Desde Luis Echeverría hasta Ernesto Zedillo.

AVISO

"Prohibido quitarles la comida a los animales"


En los gobiernos panistas de Vicenta Fox a Felipe Calderón en el mismo zoológico custodiado por el ejército.


AVISO


"COMERSE A LOS ANIMALES ES UN DELITO FEDERAL"


Don Isra...

jueves, 13 de mayo de 2010

Espejito, espejito.......

Viendo el encuentro de futbol de la selección Mexicana contra la de Senegal, comprendí al fín, la idiosincracia, el espiritu, la identidad, el tuétano pues de nosotros los Mexicas.

Caí en la cuenta de que lo que estaba jugando Mexico no era futbol. Era bolfut. Una variante del juego que la Femexfut deberá de registrar como Patrimonio de la Humanidad o ya de perdida como franquicia.
Nos estaba mostrando su increible habilidad, destreza y esfuerzo para hacer en la cancha todo lo que NO SE DEBE HACER EN UN PARTIDO DE FUTBOL

Los mexicanos tenemos que aprender a valorar y aplaudir no los ACIERTOS sino los DESATINOS de nuestros jugadores verdes. De esta manera cada partido sería (para nosotros) verdaderamente sensacional. ¿Se imagina cuantos pases fallidos, cuantas entregas al contrario, cuantas caidas fingidas, cuantos reclamos de nuestros estrellitos inflados, la casi ausencia de tiros a gol y los balones que solo necesitaban una suave brisa para entrar y fueran puestos en órbita con una literal metida de pata?

Manos nos iban a faltar para aplaudir tantos y tan bien elaborados dislates.
El ganador sería desde luego el equipo que mas lapsus cometiera, debidamente contabilizadas por los señores árbitros y la mayoría de goles NO ANOTADOS.

Lo que ahora se admira y aplaude como son los goles olimpicos o los de portería a portería tendrían su igual cuando en un tiro de castigo se pusiera la barrera y uno de los defensivos se la desviara a su guardameta anotando en su propio arco. ¡Sería la apoteosis!

En ese juego fué pues cuando descubrí que somos un País-Espejo.
Vemos las cosas bien, pero a la hora de hacerlas las hacemos al revés.


Y eso en todos los ámbitos:En lo político, en lo económico, en lo social, en lo deportivo, en lo educativo, en lo cultural . Tenemos la singular habilidad natural de reflejar lo contrario a lo debido.

En lo político las cámaras de diputados y senadores tienen miles de inciativas y puntos de acuerdo sin dictaminar Pero nadie los supera en el cantinflesco discurso . Pueden hablar durante horas sin decir ni aprobar nada .

Los partidos políticos cualquiera que sea la ideología que dicen observar y practicar son increiblemente duchos para transmutarse e integrarse a otro de ideas opuestas sin el menor sonrojo siempre con la mira puesta en el beneficio no de los que dicen representar (y aquí el espejo) sino el propio.

Durante la pasada (?) crisis economica los paises con cerebro recomendaban bajar los impuestos a las empresas y a los causantes para asi evitar el desempleo e incentivar el mercado interno.

El espejo mexicano hizo exactamente lo contrario: Creó nuevos y aumentó los que ya teníamos.
Subió el precio de los enérgeticos e insumos prioritarios para la industria que buscó en el despido de trabajadores el balance.

Como consecuencia de lo anterior un nutrido sector de nuestra sociedad aumentó en seis millones de ciudadanos miserables las filas de las eufemisticamente llamadas: pobreza patrimonial, pobreza alimentaria y pobreza extrema.

En lo deportivo ya quedó debidamente anotado y acreditado el espejismo de nuestras competencias.

En lo educativo ¿A alguien le cabe la menor duda de que el sistema es un enorme espejo donde la enseñanza se transforma en ausencias, puentes, huelgas, corrupción, amiguismo, nepotismo, y que los estudiantes quedan suficientemente capacitados para los cada vez más abundantes oficios de viene-viene, limpiaparabrisas, lavacoches payasitos en los cruceros, vendedores de discos piratas o cualquier otro similar?.

En otros países que no gozan de nuestro raro privilegio, los intelectuales son codiciados y bien remunerados por las Universidades, donde esparcen su sabiduría en conferencias, cátedras y disertaciones académicas.

Los nuestros están firmemente empeñados en la formación de camarillas de elogios mutuos y descalificación a los que se atrevan a cuestionar su excelencia y siempre dispuestos a aceptar la cooptación del gobierno si ello representa una jugosa canongía.

Todas las anteriores aberraciones pueden y deben ser sincera y legitimamente equiparadas con los GOLES NO ANOTADOS.


Don Isra...

miércoles, 28 de abril de 2010

Tirando la güeva.



Mi impredecible y recurrente etapa de fiaca como le dicen los argentinos a la combinación de pereza e indolencia se vió esta vez aderezada en sus primeros días con una carraspera de perro con garrotillo que resistió los embates de canelas calientes atemperadas con tequila y aspirinas. Y cuando al fín cedió fué para dejarle el campo a un dolor de muelas, que empezó a amainar ayer y que al parecer hoy se rindió pues ya pude degustar mi buen café. Bien.

Los martes de cada semana viene una señora a hacer el aseo de mi departamento y llevarse mi ropa sucia para lavarla y plancharla. Y como decía mi abuela Doña Manuelita que de Dios goza "Los hombres en la cocina huelen a caca de gallina" tengo que ahuecar el ala mientras dura la operación limpieza.

Fuí pues a San Juan de Dios donde solo un catatónico se puede aburrir. Inicié el recorrido viendo los escaparates de las ferreterías, las tiendas de discos donde aún puedese encontrar música de las Jilguerillas, los Martínez Gil, Ernesto Gil Olvera y su órgano que habla (hablaba) tiraderos de ropa nueva con pantalones de mezclilla que en los centros comerciales cuestan quinientos o más pesos, aquí a cincuenta o sesenta.

Era la una y media de la tarde y el sol se ensañaba con mi pobre pellejo. Busqué una banca con sombra; imposible, todas estaban ocupadas por vendedores ambulantes y sus mercancías. Mi pierna derecha comenzaba a entumecerse.

¿Donde, donde? ¡Pues claro! La Iglesia de San Juan de Dios me recibió con las puertas abiertas. Como todos los templos viejos a esa hora, estaba casi vacío. Ocho o diez feligreses desparramados en un centenar de bancas.

Me acomodé en la orilla de una de ellas buscando que tuviera descansabrazo y junto a una imagen de Santa Eduwiges, cabeceé sabrosamente hasta que el sacristán con evidente intención ruidosa cerró la puerta lateral que dá a la plaza de los mariachis, nos lanzó una mirada a los mas cercanos y fué a cerrar una de las hojas de la puerta principal, lo que entendí como cuando en las cantinas ya lo quieren echar a uno para fuera en la noche, y apagan un momentito la luz como primer aviso.

Salí pues reconfortado físicamente aunque no mucho en lo espiritual por la intempestiva irrupción del sacristán en mi meditación con Morfeo.

En previsión de que la señora aún no terminara sus quehaceres en mi departamento, me senté en una grada de las escaleras sombreadas por frondosos árboles que dan a la Calzada y me dediqué a observar los zapatos de los transeúntes, asignándoles a mi albedrío el oficio u ocupación de cada uno así como los rasgos preponderantes de su carácter, atendiendo a su expresión facial.


Después de casi media hora de este ejercicio, no encontré a ninguno que pudiera clasificarse como miembro del Club de Industriales de Jalisco o de The American Chamber of Commerce o ya de perdida como cliente en la Plaza Andares.


Don Isra...

sábado, 27 de marzo de 2010

Añoro los pajaretes.

Todavía se dice por ahí que "la gente de antes" vivía o vive más tiempo.
¿La de antes? ¿A partir de cuando es "antes"? ¿Del siglo antepasado? ¿Del siglo pasado?.
En caso de que sea del siglo pasado ¿A partir de que año?.
Porque si no se define el inicio de tal supervivencia, en el año 2070 los chavos de hoy serán para entonces "los de antes" y esto se convertirá en una conseja reciclable.

El argumento para avalar la conseja es que "antes" se alimentaban mas sanamente, con pura comida limpia, fresca y natural.......

Pues resulta que no es cierto.
Primero porque el promedio de vida en los años veintes, cuarentas y hasta sesentas era de unos 42 años y ahorita en el 2010 rondamos los 72 más o menos.

Lo de la comida tampoco.
"Antes" la carne por ejemplo no estaba sujeta a ningún control sanitario y menos en los ranchos y pueblos. Los animales sanos o enfermos eran sacrificados en los corrales o en el matadero del lugar en condiciones verdaderamente insalubres y en algunos casos hasta asquerosas por el revoltijo de sangre y excrementos.

La hoy añorada "leche caliente" era un verdadero coctel de miocrobios y bacterias resultante de la suciedad de la ubre de la vaca, de la mugre en las manos del ordeñador y de la discutible limpieza del recipiente además del lodazal ocasionado por los orines del animal. De tal forma que cuando el ladino ranchero quería purgar a algún despistado citadino,, metía la cola de la vaca en el jarro y ¡chorrera segura!

Lo que si es cierto es que "antes" aunque se vivíera menos, se vivía mejor. Con mayor tranquilida. No se sabía de influenzas, pandemias, virus con nombres jeroglíficos, calentamientos globales, narcoterrorismo.

Los políticos eran facilmente identificables para sacarles la vuelta: sombrero tejano, bigotones, empistolados y como los de hoy, malhablados y sinvergüenzas. Nada más que los de ahora se disfrazan.

Los de centroizquierda defensores del proletariado, se mimetizan cual camaleones con el conglomerado vistiendo según el evento al que tengan que asistir. Y los de la derecha, nostálgicos del tiempo de los peones acasillados en el siglo XIX, lucen como señoritingos elegantes trajes de tres piezas y barba cuidadosamente recortada.

Si, hoy vivimos más tiempo, pero diario bajo el peso de una veintena de amenazas a cual más terrorífica que van desde el cambio climático, hasta la inflación y las "inaplazables reformas estructurales".



Don Isra...

jueves, 11 de marzo de 2010

Nomás nuestros chicharrones.........

Puros primeros lugares.

Tenemos al hombre más rico del mundo en un país con la mitad de sus habitantes muertos de hambre.

A la capital más contaminada.

A la ciudad más violenta del planeta.

El primer lugar en todo el orbe, de niños obesos.

Les ganamos amplia y desahogadamente en muertes violentas a paìses que están en guerra.

Nuestros diputados y senadores son los mejor pagados del universo conocido y los más ignorantes, inútiles, ineptos, mediocres, trinqueteros, hipócritas, falsos, mentirosos (en sus propias palabras) y (iba a poner güevones pero suena mejor) holgazanes.

Somos el país donde la corrupción y su mamá la impunidad son los lubricantes que hacen funcionar el sistema.

Habitamos la nación donde se exime del pago de impuestos a los multimillonarios y se achililla a los trabajadores.

Mientras en la presente crisis se sumaron otros seis millones de pobres, la fortuna de los barones mexicanos del dinero aumentó considerablemente.

Y para no quedarnos atrás, aquí mero en Jalisco tierra de machos, ostentamos orgullosamente el primerísimo lugar a nivel nacional en violencia contra las mujeres. Pero no estamos conformes..,¡¡Vamos por el campeonato mundial de la especialidad!! Pos éstas... ¿Que se están creyendo?


Don Isra...

jueves, 18 de febrero de 2010

Y no andaba crudo....

Ese día fuí el hazmerreir de todos en el salón de aparatos o como me dijera un compañero: "eres la risión".

Todo porque les platiqué que cuando venía en el camión urbano este se detuvo en el semáforo que estaba en el cruce de la calle Dr. R. Michel y la Calz. Independencia donde aún existe una gasolinera.

Venía yo sentado del lado de la ventanilla y como no queriendo la cosa volteé hacia el coche al que le estaban surtiendo el combustible. Y la ví.

Al principio pensé que estaba tratando de vender chucherías, pero no. Era ella la conductora porque algo le dijo al empleado y éste fue a revisar en el motor, luego volvió y le dió unas pataditas en la llanta como para comprobar que estaba bien la presión del aire. El carrito era un Volkswagen aparentemente nuevo, color aceituna y de esos a los que les pintan unas llamaradas en las salpicaderas.

Al parecer complacida, liquidó el importe del servicio al trabajador que con la mano estirada la miraba incrédulo y no dejaba de sonreir meneando la cabeza.

Pagado que hubo, con evidente dificultad se introdujo en aquel carrito; pero ya adentro viendo que el semáforo le daba luz verde, en un santiamén embragó, metió la velocidad primera y con un chirrido y humareda de llantas se alejó velozmente por la calzada hacia San Juan de Dios.

La causa de la risión es que les conté que aquella mujer era una ancianita como de unos ochenta años, a juzgar por lo arrugado de su cara y su menudo cuerpecillo encorvado.
Con un rebocito desteñido que a medias le cubría el greñero encanecido y revuelto. Un vestido moradito claro, de esos de tela de florecitas, de faldas amplias que les llegan hasta los tobillos, las mangas hasta la canilla, y en el cuello rodeándolo abrochado, unos adornos en forma como de riñones. El dinero para pagar el consumo se lo sacó del seno, desanudando un paliacate rojo y dando moneda a moneda. Por eso el empleado no lo podía creer y se reía.

¡Ah! y lo más notable es que iba descalza. ¡Deveras! ¡Iba descalza!
¿Como metería el clutch y aplicaba los frenos, no sé. Pero si. Iba descalza.........

Nunca me lo quisieron creer. Pero de que la ví...la ví.


Don Isra...


viernes, 22 de enero de 2010

Música maestro.

La primera canción que recuerdo haber escuchado es La Barca de Oro. Seguramente debo haber oído otras, pero La Barca de Oro fué la que registró mi cerebro infantil como iniciática.

Yo ya me voy al puerto donde se halla
la Barca de Oro que debe conducirme
yo ya me voy solo vengo a despedirme.
Adios, adios.....

Luego siguió esa de María, María Mariquita mía.

Tanto pasar y pasar
tanto pasar por aquí
los guaraches se me acaban
de buscar yo a mi María
María, María Mariquita mía.

Y Dos Palomas al volar.

Dos palomas al volar
dejaron su palomar en el olvido
no pudieron regresar
y al fín de tanto volar
encontraron nuevo nido...

Y de ahí en adelante cada época y lugar tiene su canción

Si tuviera que escribir mi biografía, seguramente la música sería mi apuntador.


Don Isra...

jueves, 21 de enero de 2010

Porque no quiere no se amanece.

Tengo contratado un servicio de televisión por cable desde hace como seis años.
Son como ochenta canales. La mayoría están dedicados a pasar anuncios comerciales.

Dos o tres noticieros internacionales, donde se pueden ver las noticias que aqui se filtran, se matizan, se alteran o definitivamente se suprimen en aras de un intere$ $uperior.

Las películas son las mismas de cuando me lo pusieron, nomás les dan vuelta por todos los canales dedicados al cine. Ya conozco a todos los artistas gringos y sus diálogos como si fueran las de Nosotros los Pobre y Ustedes los Ricos.

La mayor diversión consiste en estar cambiando de canal; de ahí que el control se haya convertido en un utensilio de vital importancia. Cuando por distracción no lo dejo en el lugar que especificamente tiene asignado (un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar) entro en pánico solo de pensar que tendría que estarme levantando cada diez segundos a cambiar manualmente de canal.

En los comerciales se puede encontrar la cura desde el más humilde callo hasta la regenaración total de nuestros entresijos.

El remedio para éste último milagro ( según sus panegiristas) es un artilugio con sistema de spray que se lo sopla usted en la garganta, le dá el golpe, se concentra y ¡voilá! Comienza a sentir como su carcamán esqueleto cruje y se endereza. Su piel como de forro de catecismo se restira se abrillanta y se pone lozana. El pelo ya no le crecerá solo en la nariz y en las orejas; su cabeza pelona con apariencia de panza de tlacuacha, se poblará de pelo nuevo, negro o güero según....

Los dientes que aventaba en cada estornudo, le crecerán no como los de leche, no. Tampoco como los de Ronaldinho. Será una dentadura blanca, parejita, maciza, como para quebrar coyules y anunciar pasta de dientes y cepillos.

Al terminar la transformación se verá usted en el espejo. Viejón pues, pero altote, ponchadote, coloradote, sonriente y en puros calzones para que se vea que también en San Juan hace aire.......

Ai verá..................


Don Isra...

lunes, 18 de enero de 2010

Pobre de ti que te quejas.....

Hace tiempo que no viene por acá. Es el hombre del cartón.
De unos setenta y tantos años, complexión mediana, con el pelo y la barba entrecanos, siempre enmarañados y del mismo tamaño, como si ya le hubieran terminado de crecer y asi se le quedaron.

Cara morena requemada por el sol, desdentado y con ojos entrecerrados siempre para atenuar la reverberación del pavimento

Unas manos encallecidas y sarmentosas . Pies gruesos y contrahechos, enfundados en unas botas de tipo industrial que a la vista no pueden negar que sus mejores años ya hace mucho que pasaron.

Un sombrero grueso de palma, de casquete raído y de alas apachurradas, que seguramente a fuerza de uso ya tomó la forma de su cabeza..

La misma camisa de manga larga con la variedad de colores del cartón que recolecta y abotonada hasta el cuello.
Pantalón de mezclilla bien holgado, desjaretado, arremangado por encima de los tobillos y sujeto a la cintura por una gruesa tira de plástico a la que seguramente su ingenio le adaptó agujeros y hebilla.

Ese es el aspecto y la traza de este hombre admirable.

Y es que viene siendo lo que eufemísticamente ahora llaman discapacitado o mejor aún de "capacidades diferentes".

Lo veo venir al filo del mediodía empujando su carro triciclo repleto de cartones, subiendo la empinada calle donde está mi tienda, centimetro a centimetro, jadeando, escurriéndole el sudor por los cachetes arrugados, impulsándose a duras penas con su cuerpo enteco y retorcido desde la cintura hasta los talones.

--Buenas tardes le dé Dios Don Israel, ai vengo otra vez a darle lata....

Trabajosamente acomoda su carrito al pié de un fresno que está en la banqueta y ayudado por una burrita de otate, entre quejidos y suspiros, se sienta en el suelo a la sombra abanicándose con su sombrero.

Entre que lo ví y llegó a la tienda, tuve tiempo de ir por el cartón, deshacerlo para quedar plano, acomodarlo y amarrarlo..

--Aqui tiene mi amigo, ¿que se le antoja? una leche o un jugo, usted dirá......
--Pos si me hace la caridá sería bueno un juguito pa la calor ¿no creé?
--Ahi le va pues su jugo y una semas para que se las cene...
--Dios le ha de pagar...bueno me voy, hasta otra eh?.

Y allá va subiendo de nuevo, con su medio cuerpo flaco ondulando y trastabillando tras su rechinante triciclo.

Por no cometer una descortesía con este hombre respetable hé resistido la tentación de preguntarle: ¿Como se llama? ¿De donde es? ¿Desde donde viene? ¿Hasta donde entregará su carga? ¿Cuanto le pagarán? ¿Donde vive ? ¿Tiene familia??


Cuando lo pierdo de vista me siento avergonzado porque a veces me quejo de cansancio y de dolencias en la cintura.


Don Isra...

miércoles, 13 de enero de 2010

El mundo al revés

"La onda gélida que azota principalmente a los países del hemisferio norte es una prueba del calentamiento global".

"Las inundaciones en gran parte del mundo ocasionadas por torrenciales aguaceros, es otra muestra de que el agua se está acabando"

"Los miles de muertos, desaparecidos, secuestrados, torturados, mutilados, disueltos, allanamientos, arraigos, tiroteos, bombazos, son una muestra de que vamos ganando y de que el país está en paz y trabajando"

Bajo estas premisas bien podemos decir;

La rapacidad, la hipocresía, la estupidez, y el desmedido afán de poder y lucro, comprueban la acrisolada honradez, la sinceridad, la inteligencia y la humildad de nuestros políticos y nuestros gobernantes.


Don Isra...