viernes, 22 de enero de 2010

Música maestro.

La primera canción que recuerdo haber escuchado es La Barca de Oro. Seguramente debo haber oído otras, pero La Barca de Oro fué la que registró mi cerebro infantil como iniciática.

Yo ya me voy al puerto donde se halla
la Barca de Oro que debe conducirme
yo ya me voy solo vengo a despedirme.
Adios, adios.....

Luego siguió esa de María, María Mariquita mía.

Tanto pasar y pasar
tanto pasar por aquí
los guaraches se me acaban
de buscar yo a mi María
María, María Mariquita mía.

Y Dos Palomas al volar.

Dos palomas al volar
dejaron su palomar en el olvido
no pudieron regresar
y al fín de tanto volar
encontraron nuevo nido...

Y de ahí en adelante cada época y lugar tiene su canción

Si tuviera que escribir mi biografía, seguramente la música sería mi apuntador.


Don Isra...

jueves, 21 de enero de 2010

Porque no quiere no se amanece.

Tengo contratado un servicio de televisión por cable desde hace como seis años.
Son como ochenta canales. La mayoría están dedicados a pasar anuncios comerciales.

Dos o tres noticieros internacionales, donde se pueden ver las noticias que aqui se filtran, se matizan, se alteran o definitivamente se suprimen en aras de un intere$ $uperior.

Las películas son las mismas de cuando me lo pusieron, nomás les dan vuelta por todos los canales dedicados al cine. Ya conozco a todos los artistas gringos y sus diálogos como si fueran las de Nosotros los Pobre y Ustedes los Ricos.

La mayor diversión consiste en estar cambiando de canal; de ahí que el control se haya convertido en un utensilio de vital importancia. Cuando por distracción no lo dejo en el lugar que especificamente tiene asignado (un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar) entro en pánico solo de pensar que tendría que estarme levantando cada diez segundos a cambiar manualmente de canal.

En los comerciales se puede encontrar la cura desde el más humilde callo hasta la regenaración total de nuestros entresijos.

El remedio para éste último milagro ( según sus panegiristas) es un artilugio con sistema de spray que se lo sopla usted en la garganta, le dá el golpe, se concentra y ¡voilá! Comienza a sentir como su carcamán esqueleto cruje y se endereza. Su piel como de forro de catecismo se restira se abrillanta y se pone lozana. El pelo ya no le crecerá solo en la nariz y en las orejas; su cabeza pelona con apariencia de panza de tlacuacha, se poblará de pelo nuevo, negro o güero según....

Los dientes que aventaba en cada estornudo, le crecerán no como los de leche, no. Tampoco como los de Ronaldinho. Será una dentadura blanca, parejita, maciza, como para quebrar coyules y anunciar pasta de dientes y cepillos.

Al terminar la transformación se verá usted en el espejo. Viejón pues, pero altote, ponchadote, coloradote, sonriente y en puros calzones para que se vea que también en San Juan hace aire.......

Ai verá..................


Don Isra...

lunes, 18 de enero de 2010

Pobre de ti que te quejas.....

Hace tiempo que no viene por acá. Es el hombre del cartón.
De unos setenta y tantos años, complexión mediana, con el pelo y la barba entrecanos, siempre enmarañados y del mismo tamaño, como si ya le hubieran terminado de crecer y asi se le quedaron.

Cara morena requemada por el sol, desdentado y con ojos entrecerrados siempre para atenuar la reverberación del pavimento

Unas manos encallecidas y sarmentosas . Pies gruesos y contrahechos, enfundados en unas botas de tipo industrial que a la vista no pueden negar que sus mejores años ya hace mucho que pasaron.

Un sombrero grueso de palma, de casquete raído y de alas apachurradas, que seguramente a fuerza de uso ya tomó la forma de su cabeza..

La misma camisa de manga larga con la variedad de colores del cartón que recolecta y abotonada hasta el cuello.
Pantalón de mezclilla bien holgado, desjaretado, arremangado por encima de los tobillos y sujeto a la cintura por una gruesa tira de plástico a la que seguramente su ingenio le adaptó agujeros y hebilla.

Ese es el aspecto y la traza de este hombre admirable.

Y es que viene siendo lo que eufemísticamente ahora llaman discapacitado o mejor aún de "capacidades diferentes".

Lo veo venir al filo del mediodía empujando su carro triciclo repleto de cartones, subiendo la empinada calle donde está mi tienda, centimetro a centimetro, jadeando, escurriéndole el sudor por los cachetes arrugados, impulsándose a duras penas con su cuerpo enteco y retorcido desde la cintura hasta los talones.

--Buenas tardes le dé Dios Don Israel, ai vengo otra vez a darle lata....

Trabajosamente acomoda su carrito al pié de un fresno que está en la banqueta y ayudado por una burrita de otate, entre quejidos y suspiros, se sienta en el suelo a la sombra abanicándose con su sombrero.

Entre que lo ví y llegó a la tienda, tuve tiempo de ir por el cartón, deshacerlo para quedar plano, acomodarlo y amarrarlo..

--Aqui tiene mi amigo, ¿que se le antoja? una leche o un jugo, usted dirá......
--Pos si me hace la caridá sería bueno un juguito pa la calor ¿no creé?
--Ahi le va pues su jugo y una semas para que se las cene...
--Dios le ha de pagar...bueno me voy, hasta otra eh?.

Y allá va subiendo de nuevo, con su medio cuerpo flaco ondulando y trastabillando tras su rechinante triciclo.

Por no cometer una descortesía con este hombre respetable hé resistido la tentación de preguntarle: ¿Como se llama? ¿De donde es? ¿Desde donde viene? ¿Hasta donde entregará su carga? ¿Cuanto le pagarán? ¿Donde vive ? ¿Tiene familia??


Cuando lo pierdo de vista me siento avergonzado porque a veces me quejo de cansancio y de dolencias en la cintura.


Don Isra...

miércoles, 13 de enero de 2010

El mundo al revés

"La onda gélida que azota principalmente a los países del hemisferio norte es una prueba del calentamiento global".

"Las inundaciones en gran parte del mundo ocasionadas por torrenciales aguaceros, es otra muestra de que el agua se está acabando"

"Los miles de muertos, desaparecidos, secuestrados, torturados, mutilados, disueltos, allanamientos, arraigos, tiroteos, bombazos, son una muestra de que vamos ganando y de que el país está en paz y trabajando"

Bajo estas premisas bien podemos decir;

La rapacidad, la hipocresía, la estupidez, y el desmedido afán de poder y lucro, comprueban la acrisolada honradez, la sinceridad, la inteligencia y la humildad de nuestros políticos y nuestros gobernantes.


Don Isra...