domingo, 29 de junio de 2008

Me gustan más las viejas.

El perfil de México, son sus iglesias.
Decía un señor De la Mora que había sido sacerdote a juzgar por el título de su libro "El Manumiso" que como todo mundo sabe quiere decir "el que ha alcanzado la libertad".

Pero yo creo que ya se está perdiendo aquel perfil.

Las iglesias modernas más bien parecen, parecen....¿que parecen?
Son como una combinación de tienda de autoservicio con luces de discoteca, dicho sea con perdón...
Como que ya no se busca tanto la salvación de las almas, sino más bien la recaudación financiera, otra vez con perdón sea dicho....

Salvo cuando me casaron y alguna que otra rara invitación (debido a mi fama de ateo irredento)a matrimonios, bautizos, primeras comuniones y cosas asi, no suelo asistir a ceremonias religiosas.
Pero si me gusta ir a las iglesias, sobre todo a las viejas. A medio día, cuando se acabaron las misas y el recinto está vacío.

En su interior de gruesas columnas sosteniendo sus techos combados con costillas de cantera y colgantes candelabros; con el remanente olor a incienso de la última misa, con sus vitrales de rojos, azules morados y verdes que atemperan la luz del mediodía y con un silencio que acaricia, uno se unge de aquella atmósfera de paz y reflexión.........

La beata que enrebozada cuida que estén limpias las bancas y encendidas las veladores del rincón de las Animas del Purgatorio y el viejito de abrigo raído, de rodillas y con los brazos en cruz a mitad de la Iglesia me devuelven al mundo del estruendo y la inquietud.

Pero puedo volver cuando quiera.

Don Isra...

domingo, 15 de junio de 2008

A propósito de Don Fede

Era Don Federico un estimado y respetado hombre de campo en la La Labor de Solís.
Sembraba cacahuate y garbanzo (guasanas) en su terrenito de la falda del cerro de Ameca.
Casado con Doña Amalia, y acompañados de su hijo Mateo que no se había ido todavía al norte con sus otros hermanos porque estudiaba la secundaria en el cercano San Antonio a donde diario iba y venía en bicicleta, vivían modesta pero tranquilamente en aquel caserío.

Y allá iba Don Federico muy temprano con paso ligero, su sombrero de palma, su chamarrita y su pantalón de mezclilla, sus huaraches, la bolsa de mecate con su bastimento y su casanga.

-BuenosdíasledéDios Don Federico-
-Buenos días Chayito ¿ya vas al molino? que te vaya bien....

-Buenos días Don Fede ¿ya tan temprano?
-Si pues, ya ve que dicen que al que madruga....

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Murió Doña Amalia y Mateo se fué al norte con sus hermanos que ya le había contratado al coyote y conseguido chamba. Y así Don Fede se quedó solo en su casita y con su siembra
descuidada.

-Vengase pacá compadre, pá Guadalajara ¿Ya que está haciendo usté solo? Ire, allí cerca de onde yo trabajo están necesitando gente, es una compania gringa ¿quihubo, se anima?

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¡Orale pinche Federruco no te duermas güey, abre la puerta! Le grita desde afuera un camionero.

-Iralo, te dije coca, coca, coca no pepsi. De plano ya stás medio siquis. Le reclama un mozalbete.

Y allá va el otrora estimado y respetado Don Federico, vistiendo su pantalón negro con una raya gris a los costados, una de sus camisas viejitas abrochada hasta el pescuezo, con una chamarra de tela brillosa blanca con vivos rojos y unas letrotas que dicen PALMAC, sus tennis de marca pirata y su cachucha esa si nueva, que le consiguió su compadre el de la otra fábrica, con paso cansado y mirada perdida a sentarse debajo del tejabancito que le asignaron en su puesto de velador en la noche y mandadero en el día.

Don Isra..

¿Ya viste como te vistes?



Yo opino que la cachucha y los tennis son unas prendas bastante ordinarias.
Que se deberían de usar solo para practicar deportes.
Porque despersonalizan a los que los usan de manera cotidiana como parte de su vestuario.
La cachucha y los tennis estandarizan a todos los que los acostumbran.
Sean caros o sean baratos estos artículos no dicen nada de sus dueños.

El sombrero y los zapatos son otra cosa.
Hablan de su portador. Dicen a que se dedica, en que trabaja, si es descuidado, si es alguien con buena posición económica, en fín......

Me estoy acordando de Don Federico, labriego de la Labor de Solís, allá por el rumbo de Ameca a quien arrumbó el cambio de indumentaria.

Don Isra..