domingo, 29 de junio de 2008

Me gustan más las viejas.

El perfil de México, son sus iglesias.
Decía un señor De la Mora que había sido sacerdote a juzgar por el título de su libro "El Manumiso" que como todo mundo sabe quiere decir "el que ha alcanzado la libertad".

Pero yo creo que ya se está perdiendo aquel perfil.

Las iglesias modernas más bien parecen, parecen....¿que parecen?
Son como una combinación de tienda de autoservicio con luces de discoteca, dicho sea con perdón...
Como que ya no se busca tanto la salvación de las almas, sino más bien la recaudación financiera, otra vez con perdón sea dicho....

Salvo cuando me casaron y alguna que otra rara invitación (debido a mi fama de ateo irredento)a matrimonios, bautizos, primeras comuniones y cosas asi, no suelo asistir a ceremonias religiosas.
Pero si me gusta ir a las iglesias, sobre todo a las viejas. A medio día, cuando se acabaron las misas y el recinto está vacío.

En su interior de gruesas columnas sosteniendo sus techos combados con costillas de cantera y colgantes candelabros; con el remanente olor a incienso de la última misa, con sus vitrales de rojos, azules morados y verdes que atemperan la luz del mediodía y con un silencio que acaricia, uno se unge de aquella atmósfera de paz y reflexión.........

La beata que enrebozada cuida que estén limpias las bancas y encendidas las veladores del rincón de las Animas del Purgatorio y el viejito de abrigo raído, de rodillas y con los brazos en cruz a mitad de la Iglesia me devuelven al mundo del estruendo y la inquietud.

Pero puedo volver cuando quiera.

Don Isra...

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