domingo, 30 de diciembre de 2007

¡Salvese quien pueda!

Era por el tiempo de la cuaresma.
Asistían a los ejercicios de matrimonios doña Emerenciana de la Santa Cruz, mujer casta, pudenda, caritativa, devota, fiel seguidora de los mandamientos de la S.M.I. *

Eso, según ella, porque en opinión de sus vecinos y conocidos era más bien: insidiosa, embustera, metiche, mitotera, jacalera, correveydile; en una palabra, como dicen en Sayula era una persona indromiosa. Pero pos bueno, cada quién....

Como íbamos diciendo, estaban ella y su esposo Gandulfo Botello (a) "bocachula" ( esto porque a raíz de una cruda malcurada se le torció la cara y la boca se le vino acomodando a la altura de la oreja del lado izquierdo y cuando se reía se le remontaba la quijada de tal modo que daba la impresión de que aquellas muelas cariadas se asomaban por la oreja y no por la boca). Hombre inverecundo, topillero, bebedor contumaz y asiduo visitante a la cantinilla pueblerina "El Recreo de las Mañosas" a donde se dice iba en procura de los satisfactores que en su casa no encontraba por aquello del recato y la abstinencia.

Ella (doña Eme) casi en éxtasis comunicada en línea directa con el Señor.
El (don Gandul) deseando que ya dieran la bendición para correr a calmarse aquella sed de camello transahariano que le quedó como trasfondo de la papalina de anoche.

Predicaba el Padrecito Justiniano.
"Y esos maridos, desobligados, celosos de la honra y desentendidos del gasto, borrachos, vaquetones, que nomás se la pasan...
-Eso, eso. Cárgales padre santo, murmuraba Doña Emecita mirando de reojo a Don Gandul que ni en cuenta...
"Se la pasan en la cantina o en el billar gastando el dinero que a sus hijos les hace falta....
-Eso, eso. Duro padre santo, cárgales, cárgales .Y una media sonrisa asomaba en la cara de aquella estantigua, mientras Don Gandul cabeceaba un sueño inquieto, porque de repente gemía y se estremecía cual perrito atropellado.

"Y también esas mujeres, que se la pasan todo el santo día en la calle , que hasta dejan a sus hijos sin comer. Que se gastan lo que el marido no tiene en perfumes y pinturas. Que desatienden sus quehaceres por andar en los argüendes y que....

-Uh ¡Ya te voltiates boca de infierno! Masculló irritada doña Emerenciana y salió dándole tal aventón al adormilado don Gandul, que despertó boqueando y tirando agarrones porque según contó después, soñaba que se estaba hundiendo junto con el Titanic y que el tal Dicaprio en lugar de ayudarlo nomás se la pasaba abrazando a la muchacha.


Don Isra..

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