martes, 22 de diciembre de 2009

Calma y la Patria se salva.

Los pocos a los que nos dispensaba su amistad le decíamos, Don Remy o simplemente Remy.
Se llamaba (y espero que se siga llamando) Remigio Vázquez, oriundo de Cihuatlán; sujeto de unos cuarenta años, más bien bajito, enjuto de carnes, paliducho y a veces irascible, fumador de los que no apagan, peinado para atrás y con bigotillo recortado, vestía casi siempre pantalones de vestir guangos, camisas de manga corta que dejaban ver sus brazos nervudosy sus manos flacas pero fuertes. Con los que se llevaba unos le decían "La rata" y otros "El tiliche". Muy buen telegrafista en morse y mejor operador en teletipos.


Aquellos teletipos eran unos armatostes ruidosos y dificiles de reparar por falta de refacciones, pues en los paises avanzados ya eran considerados reliquias y nos los vendían a los tercermundistas donde representaban una suculenta ganancia para las autoridades compradoras y un "avance" en las telecomunicaciones nacionales.
Un equipo constaba de un teclado similar al de una máquina de escribir, pero en lugar de imprimir letras perforaba una cinta, que al pasar por un transmisor con pequeños punzones configuraba las letras en un receptor en la oficina de destino.

Pues si, Don Remy se consideraba todo un artista del perforador. La verdad es que si. Era muy rápido. Pero como todo virtuoso era exigentillo y remilgoso a la hora de toparse con aquellos equipos remendados en el taller de los mecánicos encargados del mantenimiento.

Procuraba llegar diez o quince minutos antes de su hora de entrada para revisar los perforadores y escoger el que a su juicio se ajustara a sus habilidades.

--¡¡¡Miguel, esta chingadera no sirve!!! rezongó Don Remy, dándole un manotazo al perforador.

(Miguel era el jefe de servicio del turno vespertino. Era diabético, por lo que procuraba todo el tiempo no alterarse)
--A ver Remy ¿te está fallando?
--Mira nada más que porquería. Está mascando toda la cinta, no recorre y así no pasa por el transmisor...
--A ver, desconéctalo y pásamelo. Deja llevárselo a Barbosa para que le dé una buena ajustada.

Mientras Don Remy con gesto de enfado, cruzada la pierna, encendió un cigarro y se puso a fumar refunfuñando.

--Ora si Remy, ya estuvo. Conéctalo y cálalo.
--¡¡Me lleva la.... está peor!!! Mira, mira como se chorrea al pisar la "A". Asi no voy a poder trabajar Miguel, tu sabrás....
El ázucar se le empezó a subir a Miguel pero haciendo de tripas corazón:
-- Pásamelo pues, deja decirle a Barbosa a ver si tiene otro mejorcito.

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--Este si Remigio (ya no le dijo Don Remy ni Remy) está casi nuevo, se lo guarda Barbosa a Silvia, ya ves que andan de volados. Conéctalo y dale.
--¿Quihubo, como lo sientes? preguntóle Miguel con los dedos cruzados.
--Mmmmm... Pues.....
--El ázucar de Miguel subía segundo a segundo.
---Mmmm...Pues si, parece que ya no falla, pero fíjate Miguel como se oye. Suena muy feo.... oyelo, oyelo....haz de cuenta..una matraca.

Al fín Miguel estalló:

--¡¡No cabrón, entonces lo que necesitas no es un perforador. ES UN PIANO!!


Don Isra...

3 comentarios:

Lalo Novoa dijo...

Feliz Navida Don Isra.
atentamente
Los Lalos

Lalo Novoa dijo...

y mejor año nuevo

carlos123 dijo...

good ,,